La Rioja (España)

3 oct 2014

PASARELA PEATONAL (Parque del Ebro)


Pasarela peatonal que une el Parque del Ebro con las instalaciones deportivas de la otra orilla, zona de viviendas y lugares de recreo y ocio.

Sacado de:
 (Logroño y el Ebro, por Jesús López Araquistáin)

PLAN ESPECIAL DEL CENTRO HISTÓRICO. Se redactó a partir de 1976, aprobándose en 1980. Supuso una reflexión sobre el casco antiguo y su relación con el resto de la ciudad. La exhaustiva información recogida para la ocasión puso en su lugar los valores a conservar, entrando en directa colisión con lo previsto en el Plan Ruavieja. Aunque
no incidía vinculantemente en el ámbito de éste, la necesidad de coherencia invalidaba en la práctica la propuesta del 69 y exigía su inmediata revisión.
El Plan Especial venía a confirmar lo ya intuido: la progresiva degradación física y económica del casco, que alcanzaba sus cotas más espectaculares en la parte norte, es decir, la más próxima al río. La ribera se percibe entonces desde nuevos puntos de vista: periferia del centro histórico y espacio con posibilidades de contribuir a la revitalización del mismo. Como periferia, debía albergar usos que necesitaba el barrio pero no podía satisfacer en su interior: espacios libres, aparcamiento..., pero también era necesario conseguir metas atractivas en la zona del río para que se originaran trayectos peatonales que, al atravesar el casco, devolvieran riego a tejidos prácticamente muertos. Desde esta óptica, la formación del parque de ribera en la orilla derecha, o las instalaciones deportivas en la orilla izquierda, jugarían un papel fundamental.

En la peculiar disposición del viario del casco era preciso aumentar los trayectos peatonales Norte-Sur, estableciendo rutas y destinos concretos.
Las actividades recreativas y deportivas de la orilla izquierda del río recibían una fuerte afluencia de público, principalmente en verano. La accesibilidad rodada y peatonal a la zona se limitaba a los dos puentes tradicionales. La ubicación de una pasarela peatonal más directa abriría una nueva ruta en el interior del Centro Histórico. Se aprovechó el punto más favorable para ello, coincidiendo con la posibilidad de paso que ofrecía la nueva sede del Colegio de Arquitectos.
La nueva pasarela no sólo serviría para las instalaciones ya existentes, sino que facilitaría una actuación más ambiciosa, sustituyendo las precarias piscinas municipales en el cauce del río.

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